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El medicamento adecuado
El médico debe saber cómo adaptar el medicamento al enfermo. Para adaptar el medicamento, el médico debe:
- - Encontrar la totalidad de la enfermedad.
- - Preparar la medicina de una manera adecuada.
- - Administrar el medicamento en cantidades adecuadas.
- - Repetir o modificar las dosis en el momento adecuado.
- - Comprender los obstáculos para la recuperación y eliminarlos.
Dr. Harsh Nigam
Casos
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Abies Canadensis
"Una sensación de aturdimiento, acompañado de hambre roente, sensación de desmayo en epigastrio, hambre intensa que cuando es satisfecha, era seguida de distensión del estómago y latido fuerte en el corazón": Hale. -
Aconitum Napellus
Curó un niño que sufría de diarrea acuosa, lloraba y se quejaba mucho, mordía sus muñecas y no tenía sueño: Guernsey. -
Gelsemium
Curó un recién nacido con convulsiones, tres semanas después que su madre se había asustado terriblemente ver su pequeño hermano, casi morir al quemarse. El único síntoma guía fue "el mentón del niño temblaba incesantemente". En treinta segundos después de la dosis, el temblor cesó en tres minutos las convulsiones terminaron: White. -
Helleborus Niger
Una niña bien formada, estaba estreñida desde su nacimiento. La madre, de 28 años, oscura, robusta, pero de temperamento irritable, ponía la causa de la enfermedad a un susto que tuvo al final de su embarazo. Esto podía ser el caso, pero la señora había perdido un niño por convulsiones, precisamente similar, el año anterior. La niña tenía de cinco a seis paroxismos, cada uno duraba de uno a tres minutos, y casi siempre seguido por sueño. Una repentina incapacidad del cuerpo, sin ninguna rigidez marcada; la cabeza ligeramente jalada hacia atrás, oscilaciones repetidas de la lengua de la derecha a la izquierda, la lengua era ligeramente protruida de la boca. Mirada fija, rodaban convulsivamente los ojos hacia arriba, cuando los paroxismos estaban violentos; pocos gritos agudos seguidos por somnolencia cuando el espasmo estaba cerca de su fin. Durante los paroxismos la niña quedaba tan perfectamente sensible que una ligera sacudida, como el cerrar de una puerta, detenía el paroxismo al momento y los acortaba bastante. Helleborus Niger la curó en dos o tres días: Clarke. -
Colchicum
Curó a una mujer de 36 años, madre de dos niños, de temperamento leuco flemático, que se quejaba de reumatismo en las manos, que estaban hinchadas; articulaciones rígidas y sin fuerza, dolor como de golpeado, los brazos estaban afectados pero en menor grado. "Ella era incapaz de cepillarse su propio cabello, no por el dolor sino por la extrema debilidad y falta de fuerza de las partes afectadas: Simson. -
Kalmia Latifolia
Curó a una muchacha de 18 años, de una cefalea, que empezaba en el occipucio e iba sobre la frente; comenzaba al salir el sol, se agravaba a mediodía y declinaba como el sol se ocultaba. Unas semanas más tarde, la exposición al sol ocasionó otro ataque, que fue prontamente curado con el mismo medicamento: Grahn. -
Naja Tripudians
Curó un caso con síntomas de casi calor constante en la cabeza y cara. Pulso lento, algunas veces tan lento como 45 por minuto. No toleraba ningún esfuerzo mental. Sudor de las palmas. Apetito voraz. Dolores puzantes en el corazón: Kent. -
Tarentula Hispanica
Curó una joven de 18 años que tenía opresión en el pecho, sensación de sofocamiento, sacudida y movimientos continuos de las manos, espuma en la boca, insensibilidad completa, reglas profusas y retardadas; muy somnolienta. Se le diagnosticó histero-epilepsia. Tarentula la sacó de su ataque y la recuperó completamente en pocos minutos: Majumdar.